(1886-1974)

Inicio del proceso 14-8-1993
Conclusión del proceso 14-8-2001

Antonio de Almeida Lustosa nació el 11 de febrero de 1886 en una familia de la burguesía campesina de São João del Rei (Minas Gerãis, Brasil). 
A los 16 años ingresó en el colegio salesiano de Cachoreira do Campo. Fue ordenado sacerdote en 1912 y nombrado obispo de Uberaba, diócesis del así llamado “Triángulo minero”, en 1925. 
Al entrar en su diócesis, se encontró con el seminario menor vacío y en el mayor no había más que un diácono. Un año más tarde se encontraba rodeado de treinta seminaristas de bachillerato. 
En 1928, transcurridos apenas cuatro años, fue transferido a Corumbà, en el Mato Grosso, una sede más grande y con mayores dificultades para la evangelización. Tan sólo dos años después era nombrado arzobispo de Belém (Parà, norte del país). Allí permaneció diez años prodigándose con su generosidad habitual. En 1941 fue transferido a la importante sede de Fortaleza (Cearà). En sus 22 años de permanencia aquí, dio lo mejor de sí mismo. Entre sus fundaciones cabe destacar el Pre-seminario “Cura de Ars”; el Instituto “Cardenal Frings” ; el Hospital “San José”; el santuario “Nuestra Señora de Fátima”; la estación de radio “Asunción Cearense”; la Casa del Niño Jesús; diversas escuelas populares, ambulatorios, centros obreros, etcétera. 
También fundó la Congregación de las “Josefinas”, presentes en la actualidad en varios estados del Brasil. 
Antonio fue un prolífico escritor en los sectores más diversos: teología, filosofía, espiritualidad, hagiografía, literatura, geología, botánica. 
Con dotes excepcionales también en el campo artístico: suyas son las vidrieras de la catedral de Fortaleza. 
Después de 38 años de actividad episcopal, pidió y obtuvo la exoneración de su carga pastoral en 1963. Escogió la casa salesiana de Carpina, donde transcurrió sus últimos quince años de vida y donde murió el 14 de agosto de 1974. 
Su cuerpo reposa en la catedral de Fortaleza.