Casa María Auxiliadora
25 de Mayo 540
Z9300AAL – PUERTO SANTA CRUZ
Provincia de Santa Cruz
Tel. (02962) 498-290
Fax (02962) 498-145
ima.puertosantacruz@gmail.com
mariaelinafma@yahoo.com.ar

Hna. Fernández Ana María
Hna. Martínez González Feliciana E
Hna. Piccone María Elina D

Directora general: Hna. María Elina Piccone
Administración: Cecilia Borea (de la obra) – Hna. Feliciana Martínez (de la comunidad)

Actividades:

· Niveles: Inicial, Primario y Secundario.
· Pastoral de Adultos: Exalumnas/os de María Auxiliadora

· Parroquia Exhaltación de la Cruz: Acompañamiento en las misas de niños de Primera Comunión.

· MJS: Proyecto Vida, Grupo misionero y Oratorio.

Breve historia de la comunidad
El 13 de mayo de 1904 llegaron a Puerto Santa Cruz, provenientes de la casa de Punta Arenas, sede de la entonces Inspectoría Magallánica, las tres primeras Hijas de María Auxiliadora con una gran misión: fundar en este lugar un colegio bajo la denominación de “María Auxiliadora”, que dependería por algunos años de la casa inspectorial con asiento en Punta Arenas. 
Ellas eran la Hermana María Gutiérrez, como directora, y las Hermanas Margarita Álvarez y Adela Alarcón. Las acompañó Monseñor José Fagnano. Se hospedaron de inmediato en la casa de familia de Maximiliano Rivero. 
Las hermanas no tenían todavía una casa propia y no conseguían nada adecuado para alquilar, por eso se alojaron durante siete días en un hotel del lugar. Por fin, después de mucho recorrer, consiguieron una humilde vivienda de madera que, más que una casa, parecía un gallinero. 
Monseñor José Fagnano continuó con la búsqueda de un lugar más digno, hasta que consiguió una casa que había sido un hotel, lo mejor que por entonces se ofrecía en éste poblado de Puerto Santa Cruz.
El 24 de mayo de 1904, fiesta de Nuestra Madre Protectora María Auxiliadora, entraron en la nueva casa. En el salón que había sido sala de fiestas y juegos, se improvisó una capilla, donde Monseñor José Fagnano celebró la primera Misa, dejando a Jesús Sacramentado para que acompañara a la nueva comunidad y la protegiera mientras él regresaba a Punta Arenas. Esta capillita funcionó como parroquia hasta que se inauguró la actual.
Mientras tanto, las religiosas se abocaron a la tarea de limpiar, ordenar y acondicionar la casa.
El 1 de junio de 1904 se dio inicio a la escuela con catorce alumnas externas y una interna y el día 3, fiesta de Corpus Christi, se realizó por primera vez la bendición con el Santísimo Sacramento, las niñas cantaron el Ave Maris Stella, que habían logrado enseñarles, como también el Tantum Ergo en latín.
El Oratorio festivo no podía faltar. Pocos días más tarde comenzó con clases de bordado y música. Ese mismo día, 12 de junio, un grupo numeroso de personas participó del oficio de la Santa Misa y por la tarde treinta y siete niñas comenzaron a recibir clases de catecismo.
El 1 de septiembre la escuela recibió la autorización oficial para funcionar, bajo el expediente Nº 7060/1904.
El 20 de enero de 1905 llegó la Hermana Teresa Deubaldo para integrarse a la comunidad y el 22 de julio lo hizo la Hermana Carmen Vázquez, proveniente de Punta Arenas.
El 1 de noviembre tuvo lugar la primera recepción de socias de las Hijas de María y de los Santos Ángeles.
En enero de 1906 la casa recibió la visita de un inspector de Escuelas proveniente de Buenos Aires, que se mostró asombrado y no hizo más que elogios por el sistema de enseñanza aplicado en el lugar.
El 8 de septiembre de 1908 la comunidad recibió con alegría la visita de Monseñor José Fagnano, quien colocó la piedra fundacional donde se edificaría la iglesia parroquial. El evento fue celebrado con una fiesta organizada por las hermanas.
El 14 de septiembre, hoy Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, con las alumnas se rezó la misa en canto gregoriano, y a continuación del almuerzo se realizó una espléndida función para la bendición de la piedra fundacional en presencia de todo el pueblo y las hermanas. Las principales señoras de la población oficiaron como madrinas y la hermana directora lo hizo como representante de Elvira Ezcurra, de Buenos Aires, gran benefactora de la construcción de la iglesia.
Nuestra Madre Protectora no podía faltar y el 27 de octubre el señor Rojo regaló una estatua de María Auxiliadora para la capillita, que perdura con un gran cariño.
La construcción de la iglesia parroquial continuó y el 3 de mayo de 1909 se inauguró el flamante edificio. El 13 de febrero de 1910 se colocaron los cuadros del Vía Crucis y en el primer aniversario de la iglesia se bendijo el Crucifijo. Faltaba el detalle final para llamar a los parroquianos y el 7 de mayo de 1911 se bendijeron las campanas del templo.
El colegio, atento a las necesidades de sus alumnas, acrecentó sus actividades y abrió una escuela de corte y confección atendida por las hermanas.
Con el paso del tiempo y el esfuerzo de muchos, se fueron mejorando las instalaciones y comodidades del colegio.
En 1928 se instaló la luz eléctrica. Hasta ese momento la iluminación era con velas y faroles.
En 1932 se construyó un nuevo brazo del edificio y luego se inauguró la nueva cocina, más adelante los comedores y la despensa, y en 1936 quedó restaurada la fachada del colegio.
En 1935 hizo su visita pastoral el primer obispo de la Patagonia, Monseñor Nicolás Esandi, salesiano.
El 29 de marzo de 1937 muere en Puerto Santa Cruz la Hermana María Gutiérrez, primera directora y fundadora del colegio.
El colegio siguió creciendo y a partir de 1940 se continuó con las mejoras. Con la ayuda de la Gobernación se construyó el dormitorio de las alumnas internas. Más tarde, Luis Piedrabuena donó una cocina a querosén y se inauguró la “Sala Argentina”, donde se exponen los símbolos patrios y cuadros históricos.
El 11 de julio de 1946 los colegios de las Hijas de María auxiliadora de Santa Cruz y Tierra del Fuego, que hasta ese momento pertenecían la Inspectoría Magallánica, con sede en Punta Arenas, pasaron a depender de la Inspectoría San Francisco de Sales, con sede en Buenos Aires.
El 10 de enero de 1948 se demolieron las aulas y el salón viejo de chapa y madera y se comenzó a construir el nuevo edificio que en noviembre de ese año se bendijo y se comenzó a utilizar sin terminar. Las aulas fueron amobladas gracias a la generosidad de la Laurentina de Pueyrredón.
Más adelante se instalaron piletas en la cocina, el comedor y la lavandería, en reemplazo de los fuentones y viejas tinas. Se terminó todo el edificio, incluida la acera.
Pero no todo era bonanza y en los meses del invierno de 1951 en la usina de la localidad los motores se encontraban en reparación, lo que originó cortes en el suministro de energía hasta el mes de agosto. Completando el cuadro de crisis, escasearon el carbón, el querosén y la carne.
Por disposición del Ministerio de Educación, en 1952 se suspendieron las clases los días sábados. El colegio compensó estas horas dando clases los jueves durante todo el día. El horario de clases era por la mañana, de 8:45 a 11:30, y por la tarde, de 14 a 16:30.
En 1959 se reemplazó el año escolar septiembre-mayo por el nuevo período marzo-diciembre.
El colegio seguía creciendo y mejorando sus instalaciones.
En 1954 se instaló agua caliente en los baños. Hasta entonces, el agua era calentada en una olla grande ubicada en un galpón que se usaba también como lavadero y con baldes se trasladaba a los baños a casi media cuadra de trayecto.
En 1959 se instaló la conexión para el agua corriente. Hasta ese momento, el agua se compraba al aguatero que venía cuando podía.
En 1962 se compró un terreno lindero y se amplió el colegio con la construcción de nuevas aulas. 
En 1965 hubo que demoler la cocina, el comedor, la despensa y la capilla, que corrían peligro de derrumbe por un terremoto acaecido en 1949. 
En 1967 se estrenó la actual cocina y los comedores y se reemprendieron los trabajos para terminar la actual portería, la dirección y las salas. 
En 1969 se inauguró la actual Capilla. 
En 1977 llegó el gas natural a la localidad y el colegio fue uno de los primeros edificios en recibir este combustible tan necesario y esperado. 
Diez años más tarde se conectaron los desagües a la red cloacal y se terminó con los pozos negros.
En 1988 se cerró el internado, quedando uno solo en Puerto San Julián.
La educación también exigía cambios y la incorporación de nuevas actividades. En 1988 se abrió la sala de Informática con tres computadoras, que hoy ascienden a quince.
En 1989, gracias a las donaciones de Gregorio Pérez Companc, se inicia la construcción del Jardín de Infantes, del salón de usos múltiples y demás dependencias.
En 1992 un dormitorio de las internas fue convertido en tres aulas para el funcionamiento del Tercer Ciclo de la EGB y se arreglaron los sanitarios.
En 1993, las escuelas que dependían de la Nación pasaron a depender de la provincia.
En 1997 se abrió una sala de Jardín para niños de tres años. 
En 1998 se inició el año escolar con la implementación del Tercer Ciclo.