Comunicándonos

COVID-19: recemos a la Virgen de «los tiempos difíciles»

La Madre General envió una carta a todo el Instituto invitando a vivir este tiempo de prueba desde la fe y en solidaridad con toda la humanidad.

11 marzo 2020

Queridas hermanas,

Desde el corazón siento la necesidad de encontrarme con todas, a través de este mensaje, en cada parte del mundo. En comunión con la Iglesia universal, hemos entrado en el tiempo de la Cuaresma: tiempo fuerte de oración, de ayuno, de conversión, de amor hacia el prójimo expresado en la vida cotidiana. Jesús nos invita a seguirlo en el camino de la Pasión para llegar con él a la Resurrección.

La pasión de Jesús la viven hoy tantas personas que sufren, en muchos pueblos que, por causa de la violencia, de la guerra, de la pobreza cada vez más extendida, de la falta de respeto de la dignidad humana, son el rostro de Jesús sufriente. Las redes sociales, con frecuencia, no comunican todas las situaciones difíciles, pero como Hijas de María Auxiliadora somos testigos de que existen y las vivimos con nuestros pueblos; por esto nos sentimos solidarias y llevamos en nuestra oración a hermanos y hermanas, particularmente a aquellos que no tienen voz, a los más pobres, los olvidados, los excluidos.

En esta hora histórica tan compleja, estamos viviendo una emergencia inédita internacional provocada por la difusión del coronavirus.

Nos esforzaremos en observar las disposiciones emitidas por Instituciones y personas expertas en este campo (…) un signo de solidaridad hacia quien, con tanto sacrificio, está dando lo mejor de sí, según las propias posibilidades y competencias, para contener la difusión del virus y afrontar positivamente esta emergencia.

A nosotras, cristianas y consagradas, se nos pide algo más: intensificar la oración al Padre, Señor de la historia, para que con Su gracia nos ayude a nosotras y a toda la Familia humana, a vivir este tiempo con fe madura, con esperanza y apertura solidaria. Es la hora de una confianza mayor en la presencia de Dios y en la intervención potente de María, Madre y Auxiliadora de cada uno de sus hijos e hijas presentes en todo el mundo.

Por este motivo, os invito a rezar la novena a María Auxiliadora, hasta que esta emergencia sea vencida. Éste es también un modo para sentirnos cercanas a las personas que están sufriendo porque están afectadas por el virus y por sus familias, e igualmente cercanas a los miles de prófugos que en estos días esperan acogida y encuentran sólo rechazo y violencia. Don Bosco, sugería rezar a la Virgen de los “tiempos difíciles” con esta novena: «Si queréis obtener gracias de la Santa Virgen haced una novena» (MB IX, 289). Proponedla, a través de los medios de comunicación a vuestra disposición, a las jóvenes y a los jóvenes con los que estáis en contacto y a otras personas, para que se forme una red de oración incesante que llegue al corazón de Dios.

Me permito invitaros a unir a la oración pequeños y cotidianos gestos de caridad fraterna. Son muy preciosos vividos en lo “secreto” de vuestro corazón, allí donde sólo el Señor ve y así, se convertirán en irradiación del bien, canales de esperanza, luz en las tinieblas.

María Auxiliadora nos ayude y acompañe para vivir este tiempo de Cuaresma en la luz de la Resurrección.

S. Yvonne Reungoat, fma

Madre General

 

Novena extraordinaria a María Auxiliadora