Mucha paz tendríamos si en los dichos y hechos ajenos, que no nos pertenecen, no quisiésemos meternos dice un antiguo libro. La verdad que es fácil ver, opinar y criticar, aún sin maldad, acerca de lo que piensan, dicen y hacen los demás. Lo más difícil es callarse cuando nadie nos ha preguntado nada, dejar de opinar sin saber o decir cómo hacer cuando no nos toca a nosotros.
Quisiera invitarlos en estos días en que se acerca fin de año, donde las cosas a veces se intensifican, a vivir esto de no meterme donde no tengo por qué hacerlo. A no hablar opinando banalmente sobre el decir o hacer de los demás y ayudar sin mirar para otro lado cuando puedo hacerlo. Nos dará mucha más paz y ayudará a que el otro no se sienta herido, se sienta querido y no juzgado por nosotros.
Que tengan buena semana.
Hna. María Elena Fernández
Inspectora