(1881-1948)

Inicio del proceso 9-1-1992
Conclusión del proceso 21-10-1996

Augusto nació en Brzeckowice (Polonia) el 5 de julio de 1881. A los 12 años, atraído por la fama de Don Bosco, siguió a Italia a Ignacio, su hermano mayor, para ingresar en la congregación salesiana, arrastrando muy pronto a otros dos hermanos. 
Una vez admitido en el noviciado, recibió el hábito talar de manos de Miguel Rua, en 1896. 
Hizo sus estudios en la Universidad Gregoriana de Roma, volviendo a Polonia, a Oswiecim, para el trienio práctico. 
Fue ordenado sacerdote el 23 de septiembre de 1905. En 1907 fue nombrado director de la nueva casa en Przemysl (1907-1909) y después en Viena (1909-1919).
En 1919, dividida la inspectoría Austro-húngara, fue nombrado inspector (1919-1922). 
En sólo dos años, el joven inspector dotó a la inspectoría de una decena de nuevas fundaciones. 
Después de haber sido administrador apostólico, fue consagrado obispo de Katowice el 3 de enero de 1926. El 24 de mayo del mismo año se convertía en primado de Polonia. 
Un año más tarde, el 20 de mayo, el Santo Padre lo nombró cardenal. La Santa Sede le confió también el cuidado pastoral de los polacos de la diáspora, dispersos por todo el mundo. Para ello fundó la congregación de “Cristo Rey”. 
Con la segunda guerra mundial, comenzó su calvario que lo relegó al exilio hasta el final de la guerra. Se estableció primero en Roma, donde inició una valiente defensa de su patria, que intensificó en Francia, cuando se refugió en Lourdes. Descubierto por la policía nazi, fue deportado a París para que formase un gobierno polaco sometido a los nazis. El cardenal se rehusó tajantemente. Los nazis lo recluyeron primero en Lorena y después en Westfalia. 
Liberado por las tropas aliadas, volvió a Polonia, donde fue nombrado arzobispo de Varsovia. Aquí, al igual que tiempo atrás había defendido a su pueblo del horror nazi, continuó defendiéndolo del ateísmo bolchevique.
Murió el 22 de octubre de 1948, en Varsovia.