La originalidad de la pastoral juvenil salesiana se expresa bien con la frase “educar evangelizando y evangelizar educando”: “Orientar a las jóvenes y a los jóvenes hacia el encuentro con Jesús de Nazaret es el objetivo prioritario de la pastoral juvenil de las FMA”. (LOME, presentación del Cap 4)

“La humanidad de Jesús es punto de referencia de toda relación interpersonal. En Él destacan relaciones ricas de interioridad, reciprocidad y cercanía que brotan de las fuentes de su filiación divina. (…) Con el ofrecimiento de experiencias diversificadas, damos a las jóvenes y los jóvenes la posibilidad de interpretar las vivencias cotidianas, de iluminarlas y de alcanzar progresivamente un estilo evangélico de relaciones a imagen del de Jesús. A partir de la búsqueda cotidiana de sentido, se ofrecen los criterios para interpretar lo que se ha vivido y para convertirlo en lugar y expresión de salvación, oportunidad de crecimiento en el amor y en el don de sí mismos, en la interioridad y en la oración, en la celebración de la Palabra y de los Sacramentos y en la misión, situándonos en la escuela de María, educadora y compañera de viaje.(ídem)

“(…) Anunciar que Jesucristo, crucificado y resucitado, es el Señor y el único salvador del mundo, significa transmitir la fe de la Iglesia y señalar la fuente de la vida y de la esperanza para todos. Es importante preparar a los miembros del núcleo animador de las comunidades educativas para que gozosamente asuman este deber prioritario y estén en condiciones de proponer a las jóvenes y a los jóvenes itinerarios diversificados que acompañen su crecimiento y la progresiva asimilación del proyecto de vida cristiana.” (LOME, n° 99)

“El compromiso de una pastoral juvenil orgánica requiere la elaboración de itinerarios educativos que tiendan a formar en las jóvenes y los jóvenes actitudes y disposiciones para optar y obrar según la lógica evangélica. (…) Para incidir realmente en la vida de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, es preciso proponer itinerarios unitarios que tengan en cuenta algunos aspectos: la identidad personal, la vida como vocación, el encuentro con Cristo, la apertura al compromiso en lo social y en la comunidad eclesial. Además, hay que tener presente las diferencias inherentes al sexo, a la edad, a la situación y al contexto sociocultural. (LOME, n° 97)

Respetando la conciencia de cada uno se ofrece una propuesta que estimula la pregunta sobre el sentido de la existencia y lleva a acoger la vida como vocación acompañando a los jóvenes en el descubrimiento, aceptación y realización responsable de su proyecto de vida. En una realidad cada vez más pluricultural y plurirreligiosa la educación en la fe invita a renovar la pasión por la primer anuncio, la catequesis, la misión ad gentes, partiendo del Evangelio, de la Iglesia como comunidad del rostro humano, que se manifiesta signo e instrumento del Reino de Dios hoy.

La evangelización promueve intervenciones educativas que demuestran el carácter dialogante del cristianismo, el compromiso por la búsqueda de la paz, la defensa de la vida y de los derechos humanos, la justicia, el trabajar para un futuro de mayor convivencia.

El Equipo de Educación en la FE colabora con las comunidades en la cualificación de las propuestas de Educación en la Fe:

  • Brindando espacios a los Catequistas para actualizarse, revitalizar la propia fe, y formarse para ser capaces de educar en la interioridad, acompañantes de los jóvenes en su encuentro con Jesús.
  • Potenciando el trabajo con itinerarios.
  • Promoviendo el acompañamiento de los Coordinadores de Pastoral local a los Catequistas: en su cualificación metodológica, en su experiencia de fe, en las herramientas y recursos, en la lectura de la realidad juvenil actual.
  • Propiciando propuestas, espacios e itinerarios (en lo formal y lo no formal) que ayuden a los jóvenes a crecer en su interioridad, en la lectura creyente de la realidad, en la integralidad de su vida de fe.