San Juan Bosco, soñó y después de unos días y le contó a los chicos en unas buenas noches su sueño: en el medio del mar entre naves dispuestas a la batalla, se alzaban dos columnas, en una está la imagen de la Virgen Inmaculada con un cartel en los pies que decía «Auxilio de los Cristianos». Y en la otra mucho más alta y gruesa hay una Hostia de tamaño proporcional al pedestal y debajo otro cartel que decía «Salvación de los que creen». El comandante supremo de la nave mayor era el Papa. En medio de la batalla, él logra amarrar la nave a las dos columnas. Todas las demás naves huyen.
En los tiempos difíciles estas siguen siendo las columnas que nos sostienen como Iglesia: la cercanía a la Virgen, la frecuencia de los sacramentos, la comunión frecuente.
Te invito a pensar en esta semana ¿cuáles son las columnas que sostienen tu vida? ¿Dónde intentás aferrarte en las tempestades?
Que tengan buena semana.
Hna. María Elena Fernández