Comunicándonos

#BuenaSemana N°37

Los elefantes no quieren mirarse en el espejo del agua.
En la India cuentan del elefante que, cuando va a beber en una laguna de aguas tranquilas y límpidas, con su trompa remueve el agua para mover el fango del fondo y no ver su cara. Le asusta y le desagrada su cara; no le gustan esas orejas, esa nariz; no le parece estético lo que ve. Entonces lo primero que hace es remover y ensuciar el agua para luego beberla sin tener que mirarse en ella como en un espejo.

Algo parecido suele ocurrirnos a nosotros, suele no gustarnos vernos tal como somos por dentro; Sin embargo Dios no teme mirarnos tal como somos con compasión. Jesús, el Rey, el humilde, nos enseña no solo que Dios no se  avergüenza sino que si somos capaces de mirarnos con humildad, sin escondernos, podremos dejarnos transformar por Él. Ojalá seamos capaces de reconocernos son sencillez y verdad.

Que tengan buena semana.

Hna. María Elena Fernández
Inspectora