Comunicándonos

#BuenaSemana N°104

¡Cómo nos cuesta dominar a veces nuestros enojos y no decir aquello de lo cual después no podemos volvernos atrás!

Un monje fue lejos de su monasterio a meditar, se metió en un bote y se fue al medio de un lago. Mientras estaba meditando allí, estaba con los ojos cerrados y alguien lo choca de atrás. Le vino una gran rabia y se dio vuelta con furia y vio detrás suyo un bote vacío. Se había desatado y había ido al centro del lago.

Él aprendió una lección: que la rabia estaba dentro suyo. Él contaba después que, cada vez que algo lo enojaba o cuando se enojaba con alguna persona, él pensaba que esa persona era algo más que un bote vacío y que en realidad era él que tenía la rabia adentro.

Cuánto ganamos si antes de decir cualquier cosa nos detenemos, reflexionamos, somos capaces de aprender a dialogar con nosotros mismos y con los demás antes de pronunciar una palabra.

Que tengan buena semana.

Hna. María Elena Fernández
Inspectora